Les ha pillado desprevenidos, un poco indignados y un tanto desorientados. Los queseros que cada año producen cientos de miles de piezas de queso Cabrales alegarán contra la ordenanza que, si llega a aprobarse, les obligaría a pagar una tasa por utilizar las cuevas en las que maduran sus piezas de oro azul. La decisión de aplicar este nuevo impuesto salió del Pleno municipal que el pasado lunes mantuvieron las tres fuerzas políticas con representación en el concejo. Con el único apoyo del PP y el PIC -y la abstención del PSOE, en el Gobierno local- se decidió iniciar el proceso para activar esta normativa que implicaría, realmente, poner en práctica la ordenanza que ya existe y cobrar a los queseros por el subsuelo que utilizan igual que, dijeron, «se les cobra a los hosteleros por ocupar una terraza».

Pero el ejemplo no es váliori Teyedu 38 Nel.jpgdo. Según explica José Bada, presidente del Consejo Regulador de la Denominación de Origen del Cabrales, la situación no es la misma. «Nosotros ya pagamos ese uso, lo hacemos indirectamente, estamos dados de alta en la Cámara Agraria y pagamos por otro lado una actividad económica. Desde hace más de dos mil años el queso Cabrales se madura en las cuevas, forma parte del proceso de la actividad que ya pagamos, es parte de la elaboración completa. Los hosteleros tienen dado de alta un local y pagan por una terraza de manera puntual porque la usan de forma esporádica», explica. «Si tenemos que pagar, pagaremos, pero no nos parece bien que ahora se saquen de la manga este tipo de cosas», dice resignado el productor de Tielve.

Es pronto, sin embargo, para adelantarse a una norma que todavía no ha salido adelante. De hecho, una vez presentada en Pleno habrá un período de alegaciones en el que los queseros tendrán su oportunidad para dar su punto de vista. «Tenemos que ver qué derechos tienen ellos y cuáles tenemos nosotros», advierte Bada. «Lo que está claro es que algo tendremos que alegar al respecto», asegura. Porque es cierto que algunas cuevas son de propiedad municipal «pero hemos sido los queseros, desde el Consejo Regulador, quienes las hemos ido manteniendo o arreglando. Si ha habido que hacer alguna rehabilitación o reforma hemos tenido que pagar nuestra licencia al Ayuntamiento. Son del concejo, pero las usamos los queseros y también las mantenemos en buenas condiciones, no nos regalan nada», recuerda. Si quieren cobrarles algo «adelante», dicen, pero que recuerden que «nos quieren cobrar un impuesto del presente por unas infraestructuras del pasado, para ir a algunas cuevas tenemos que usar caballerías y, si nieva, los caminos hasta llegar a ellas se cierran», reprochan. «Nos quieren poner normas de este siglo por utilizar lugares de siglos pasados, quieren cobrar por cobrar», concluye.

Para el quesero esto supone en cierto modo «el declive de la profesión». Hace unos años, recuerda, «éramos 40 queseros y ahora somos 32, si siguen así, conseguirán echarnos de aquí, ¿es lo que quieren? Nos están agobiando por todos lados y cada vez nos ponen las cosas más difíciles», dice Bada. «No vemos bien esta nueva medida, si tenemos que pagar, pagaremos, pero ¿qué harán? cobrarán también a los espeleólogos, a los ganaderos si entra una cabra en una cueva?», se pregunta el quesero.

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